Hoy he estado en la Feria de Abril, la auténtica, sin imitaciones, la más popular y la más imitada: la Feria de Sevilla. Como buena jerezana, llevo toda mi vida yendo a la, por lo que sé perfectamente lo que es una feria andaluza pero tengo que reconocer que Sevilla «tiene un color especial» también, en su famosísima Feria de Abril.

Postureo

Ese «color especial» lo transmite desde la enorme portada hasta las coloridas calles llenas de caballos, carruajes y gente, mucha gente. Algo que me ha llamado la atención es el postureo de los hombres ya que no había uno sólo sin su camisa y chaqueta, pese a que el termómetro se acercaba hoy a los 30 grados. Muchas mujeres vestidas de flamenca, como manda la tradición y por supuesto, elegancia en los jinetes de carruajes y caballos, con la indumentaria apropiada para ello. Pero lo de los hombres, me ha llamado la atención, ya que creo que es una forma de darle importancia y estilo a la Feria de Sevilla y diferenciarla del resto.

Casetas privadas

Es muy conocido el tema de las casetas privadas en esta Feria, algo que la diferencia de otras Ferias andaluzas. Vale, es cierto, que si no conoces a ningún sevillano de postín vas a tener que ir a las casetas municipales. Sinceramente, me esperaba que estas casetas (yo he visto 4, corregidme si hay más) estuvieran abarrotadas de gente, pero no es así. De hecho, los precios y la comida me ha parecido muy razonable y se podía estar en ellas sin pegarte con nadie.

Para todos aquellos que no hayáis ido nunca a la Feria de Sevilla, de Jerez o de Málaga, no dejéis de hacerlo. Es todo un espectáculo de colorido, alegría y arte, como nunca lo habéis visto.

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